El Barco de Luna ha ganado, enhorabuena CRA de Riello
** Os acordais del post que publiqué el 13 de marzo donde os pedía el voto para el Colegio de Riello por su cuento "El barco de luna" pues con la colaboración de todos hemos ganado y digo "hemos" porque todos hemos aportado nuestro granín de arena, me decían las profes que era una gran utopía, pues hemos conseguido entre todos hacerla realidad, ¡¡enhorabuena CRA de Riello!!
Acabo de recibir su email donde me dicen exactamente:
"El CRA de Riello con su cuento "El Barco de Luna" ha ganado el concurso nacional de cuentos "Los profes cuentan, los niños dibujan". Se va a editar un libro con este cuento y otros nueve más, se va a grabar un corto de "El Barco de Luna" y los alumnos irán un fin de semana a una granja escuela.
Muchísimas gracias a todos por vuestro apoyo que ha sido impresionante. Por fin la hormiguita ganó al elefante.
Besos, Marta"
¡¡Enhorabuena y gracias a todos los que habeis colaborado para hacer realidad esta pequeña gran utopía!!
Para los que aun no habeis leido el cuento no dejeis de hacerlo.
El barco de Luna
"Érase una vez, un día cualquiera en la vida de Luna. Luna era una niña que vivía y se divertía en La Esperanza, un pequeño barrio de la ciudad de Managua, en Nicaragua.
Papá había elegido su nombre porque decía que las cosas importantes siempre le habían sucedido en noches de luna llena. Se enamoró de mamá en una verbena con luna llena, sus hermanitos y ella habían nacido en una noche de luna llena, y perdió su trabajo en un día que ni siquiera se asomaba la luna.
Luna acudía cada día al trabajo con su papá, al de ahora. Antes su papá trabajaba en un mercado de la ciudad. Papá lloró cuando perdió su trabajo, cosas de mayores. Luna no entendía por qué, pero sí sabía que a partir de ese momento podría acompañar a su papá a su nuevo empleo y vivir juntos muchas aventuras. A papá no le parecía tan buena idea y por algún motivo se entristecía cada vez que el sol anunciaba un nuevo día.
Todos sus vecinos y los hijos de sus vecinos trabajaban en el basurero de la Chureca. El trabajo era bien sencillo, había que buscar cosas hechas de plástico o de cartón o de cualquier cosa que pudiera reciclarse para después venderlas. Claro está que, su papá podría tener otro trabajo que le gustase más si las personas se tomaran la molestia de separar la basura en sus casas. El problema era el siguiente, la gente mezclaba las cáscaras de huevo, con las cajas de cereales y los envoltorios de los caramelos y con un montón de cosas más. Todas estas cosas las traía un enorme camión de basura y como si fuera un dragón escupiendo fuego, lo descargaba formando una gran montaña.
Así que, en realidad papá era un héroe porque si él no ayudase a reciclar, la Chureca se haría cada vez más y más grande, y el mundo entero sería un enorme basurero. Y es verdad que si no fuera allí donde va a parar la basura de la gente, el barrio donde vivía Luna sería más bonito; pero si fuera así, entonces quizá no estaríamos contando su historia.
Y sería mucho mejor, pensaba Luna, que las cosas que echamos a la basura se tiraran en contenedores diferentes; ¡cada uno de un color! Uno amarillo brillante para el plástico, otro azul como los ojos de su mamá para el papel y el cartón, y otro verde como su camiseta para el cristal. Todo bien separadito y repartido, así se les daría un nuevo uso y mejor para todos. Porque como dijo una maestra que un día tuvo, si reciclamos, ni contaminamos ni malgastamos.
Luna soñaba con esto y también con lo otro, y con lo de más allá.
Luna era una gran soñadora, soñaba de día y soñaba dormida. Soñaba con paisajes, con olores y con sabores, y todos eran diferentes a los de su barrio.
Esa mañana en la Chureca, encontró un tesoro. Como cada día, armada de su saco y su varita mágica, Luna escalaba la montaña de fuego, la llamaba así porque al ascender notaba un calor que quemaba en sus piececitos. Había que ser muy valiente para adentrarse en la Chureca y escalar la montaña de fuego o atravesar el pantano resbaladizo o la llanura negra. Al llegar a cada cima o al entrar en cada pantano, Luna siempre tenía una recompensa, un pequeño tesoro.
Reluciente en la cima de la montaña de fuego esperaba un barco. ¡Nada más y nada menos que un barquito de plástico que en su día fue una botella! Luna descubrió el que a partir de aquel momento se convertiría en su preferido.
Todas las cosas que encontrabas en la Chureca habían sido antes otra cosa. Cuando las encontrabas habían cambiado y las que su papá vendía, volvían a cambiar, o a reciclarse como él decía. Su papá se ponía contento cuando encontraba plásticos, así que Luna recogía tantos como podía y los guardaba en su saco mágico. Y sólo se quedaba los que más le gustaban. Pero lo de aquella mañana, era un tesoro de verdad. ¡Un barco! De regreso a casa decidió montar en el barco a su papá y a sus hermanitos, que como navegaban por primera vez iban un poco mareados.
Al llegar a casa y como cada noche, mamá les tenía preparada su rica sopa. Mamá era experta en prepararla, con un pedacito, con un trocito bien chiquitito de cualquier cosa, hacía unas sopas riquísimas. Con el estomago lleno y con mucho sueño, Luna se fue a dormir. Esa noche soñó con barcos, con islas y tesoros, soñó que en la sopa de mamá flotaban trozos de alimentos exóticos, soñó con viajar a otros países, soñó con probar sus dulces. Soñó y soñó y de nuevo la mañana llegó.
El nuevo día estuvo como todos repleto de aventuras, pero esta vez tenía un nuevo compañero. De vuelta a casa seguía montando a sus hermanitos en su barco que seguían sin acostumbrarse al baile dulce de las olas y llegaban a casita un poco mareados.
A papá también le gustaba encontrar tesoros, había encontrado un montón y con todos ellos había construido su casa. Con pedacitos de cristales había fabricado las ventanas. Las paredes de su casa eran muy divertidas, había trozos hechos con cartones y metales, y en vez de ladrillos se usaban botellas de plástico de mil colores. A Luna le gustaba mucho su hogar. Pero a veces…a veces soñaba con encontrar en mitad del océano una isla, soñaba con conquistarla y ser su reina. Su isla tendría un montón de diferentes frutas y sus habitantes vestirían con ropas de mil colores y hablarían bien alto, porque eso es lo que hace la gente cuando está contenta. Sería una buena reina, muy querida y admirada, sus súbditos la mirarían al pasar y la tirarían flores y besos.
El sol de nuevo salía en el barrio La Esperanza y la pequeña Luna se disponía a afrontar su nuevo día. Pero aquella mañana papá no quería ir a trabajar. Su hermanito pequeño seguía mareado por el viaje en barco del día anterior y había que encontrar una poción mágica para quitarle el mareo. Bueno eso creía Luna, pero en realidad su hermanito estaba malito por culpa de la contaminación de la Chureca, pero eso lo supo cuando fue más mayor.
La medicina tenían que buscarla en la ciudad y Managua se encontraba a nada más y nada menos que a 5 kilómetros de casa. Luna acompañaría a su papá y juntos vivirían esa nueva aventura. Papá y Mamá hablaban de cómo podrían traerla, cuando Luna les interrumpió y les ofreció su barco como solución. Como era un barco mágico podía convertirse por unas horas, de nuevo en botella.
Su hermanito estaba tan mareado que no podía montar en su barco, así que papá y ella fueron solos rumbo a la ciudad. Luna nunca había salido de su barrio y es quizá por eso por lo que sus ojos no se acostumbraban al nuevo paisaje.
El sol anunciaba el medio día cuando ¡no os vais a creer lo que pasó! Su barco se desorientó y llegó a una isla, a su isla. Si sí, a la isla del sueño, la isla de los mil colores. Los dos bajaron del barco y se adentraron en ella, abriéndose paso entre personas que vestían trajes preciosos, gente que gritaba y hablaba alto y como en su sueño, aquella gente la miraban al pasar. Aquellas personas tenían mesas llenas de frutas de mil colores. A Luna le llegaba el olor dulce de aquellos frutos, le llegaba el rumor de sus gentes, sus risas y sus voces, y no podía dejar de sonreír. De pronto, una de aquellas personas se le acerco y le ofreció un fruto, igual que en su sueño. Papá le contó nuestra aventura y Luna le enseñó su barco, bueno ahora su botella, que les había ayudado a llegar tan lejos de casa.
La mujer que se les había acercado les llevó a una casa grande y bonita, donde había un montón de gente que no sólo vestía con trajes de mil colores sino que también ellos eran de mil colores. Como en su sueño había sopas con alimentos exóticos que ella nunca había probado, había dulces y sobre todo, había litros y litros de aquella medicina.
La mujer les contó que ella era cooperante ¡y yo navegante, exclamó Luna! Aquella mujer en vez de un barco, tenía un coche mágico que fue en busca de sus hermanos y su mamá. Ahora Luna era la reina de aquella isla y como en su sueño a partir de ahora aquel sería su hogar".
Qué alegría leer noticias como esta. Enhorabuena al CRA de Riello y gracias a ti por difundirlo para poder ayudar. Besotes utópicos de esos.
ResponderEliminar¡Felicidades,porque está muy merecido.
ResponderEliminarSaludos.
Enhorabuena por haberlo conseguido CRA DE RIELLO y gracias a tí Irma por poner todo tu empeño en tus utopías particulares y ajenas y a la vez hacernos partícipes de ellas.
ResponderEliminarGracias a todos
Jo que guay, enhorabuena.
ResponderEliminarFelicidades y una muy buena noticia para toda nuestra comarca, gracias Irma por tu colaboración como siempre tan desinteresada, un besito mafaldita
ResponderEliminarMe uno a las felicitaciones besos y abrazos y por supuesto gracias a tí Irma, que eres la caña.
ResponderEliminarY por supuesto gracias a tí utópica y a tu utopía del día a día, se me ha cortado el mensaje (malditos recortes)
ResponderEliminarMe alegro mucho :))
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡¡Enhorabuena, y que haya más!!
ResponderEliminar¡Enhorabuena! Es un premio muy merecido por la ética y estética que encierra la narración. Las utopías, si se cree firmemente en ellas, terminan convirtiéndose en felices realidades. Y la educación tiene mucho de utopía...
ResponderEliminarGracias, Irma, por hacernos partícipes de tu rincón utópico.
Un saludo omañés.
Enhorabuena un gran logro desde luego y una alegria para todos, gracias tu apoyo
ResponderEliminarMuchísimas felicidades, me enteré gracias a tí el tema de la votación cazurrina, seguro que estarán felices todos los del cole de Riello, disfrutar de vuestro merecido premio y esperemos que los que nos gobiernan se den cuenta que en Educación debería ser de los últimos sitios donde se deben hacer recortes, lástima que siempre nos gobiernen cabezas con encefalograma ______ pero Riello ha demostrado que con pocos medios se pueden conseguir grandes cosas.
ResponderEliminarBesines Irma y gracias por compartir estas alegrias con todos que cada vez somos más los utópicos que te seguimos.
Muchas felicitaciones y abrazos para todos, especialmente a tí Irma por transmitirnos tus utopías y hacer que se vayan consiguiendo como bien dices en la cabecera de tu blog.
ResponderEliminarQue alegría más grande, pensé que no lo lográbamos. Gracias a Irma por avisarnos. Un beso muy grande para todos los niños(uno muy grande para Barbara) y felicidades a las profesoras.
ResponderEliminarMe alegra saber que ha ganado un premio este cuento, es de gran calidad y muestra unos valores que no se suelen encontrar en los cuentos además de imaginación, cualidad que escasea en el mundo actual.
ResponderEliminarME UNO A LAS FELICITACIONES Y DA GUSTO RECIBIR DE VEZ EN CUANDO BUENAS NOTICIAS POR NUESTRA TIERRA, UN ABRAZO IRMA
ResponderEliminarEnhorabuena!!!! Cosas como estas hacen q todos los Omañeses nos sintamos mas orgullosos.
ResponderEliminarEnhorabuena al CRA de Riello por su cuento y a ti por todo lo que mueves todo lo nuestro, un abrazo para todos
ResponderEliminarUn abrazooooo para los niños del colegio de Riello, otro bien grande para sus profes y otro enorme para ti Irma, por hacernos siempre partícipes de tu utopía.
ResponderEliminarEl pequeño colegio de Riello, al que acuden 17 niños de tres ayuntamientos ubicados en el corazón de Omaña, ha logrado vencer a los ‘elefantes’ desde su posición de hormiga. Con más empeño e ilusión que medios, hace unos meses se inscribieron en el concurso literario de ámbito nacional Los profes cuentan, los niños dibujan, promovido por la empresa de reciclaje Ecoembes.
ResponderEliminarLa maestra Leticia Rodríguez ideó El barco de Luna, y los diez alumnos de Primaria hicieron piña para ilustrarlo. El resultado convenció primero a un jurado presidido por la escritora Ana María Matute, por su relato entrañable, y después, a cientos de cibernautas, que encumbraron con sus votos el cuento desde los rincones más insólitos del planeta. De hecho, el libro ha desbancado en la Red a los otros nueve finalistas presentados por centros educativos españoles de gran tamaño de Madrid, Cataluña, Murcia y Toledo.
Rodríguez reconocía ayer que «es un gran logro para un pueblo tan pequeñito que temió, incluso, por la continuidad del colegio. También representa un final de curso de maravilla, ya que el premio consiste en tres días en una granja-escuela y la realización de un cortometraje que incluirá los nombres de todos los alumnos. Es algo que va a quedar para siempre y que no se nos olvidará», explicaba emocionada.
Desde la asociación de madres y padres del CRA, su presidenta Marta Uribarri, ponía el acento en la labor de «esta profesora, que se vuelca con los niños, y que ha logrado que los focos giren hacia un colegio rural». El galardón es fruto, además, del esfuerzo del Ampa y el centro por solicitar el voto para El barco de Luna en Internet.
«El apoyo que hemos recibido ha sido increíble, como de película —señala—. Las profesoras enviaron cartas al resto de colegios de León para que nos respaldaran y nosotros hemos promovido como mejor hemos sabido una campaña de márketing a través de facebook y de los amigos. Así han llegado votos desde Australia, Venezuela o Canadá. Nos han votado hasta rockeros extranjeros porque conocemos a un manager».
Un colegio que crece.
Hace una década, los vientos soplaban en contra del CRA de Riello, con una sede obsoleta y una alarmante escasez de escolares. Sin embargo, la llegada de varias parejas jóvenes a la zona reanimó la vida del colegio doblando su alumnado. Una de las artífices de esa recuperación es, precisamente, Uribarri, madre de tres hijos. Las reivindicaciones del Ampa para modernizar la escuela tuvieron eco en el nuevo alcalde, Manuel Rodríguez, y el pasado mes de febrero, los niños pudieron estrenar un colegio nuevo, más amplio y luminoso. «A ver si el premio nos sirve para que lleguen los ordenadores prometidos», ironiza. La noticia del galardón se extendió ayer como la pólvora por Riello. «Los alumnos están super emocionados y sorprendidos con la repercusión. Para ellos será toda una experiencia acudir a una granja-escuela, porque la mayoría ni ha dormido fuera de sus casas», comenta.
La primera cita será, no obstante, el próximo día 26 en Madrid para recoger el premio. El Ampa ha recogido toda la información en su blog www.pekeriello.blogspot.com, donde se explica que los diez mejores cuentos seleccionados también formarán parte de El libro más bueno de todos los tiempos, un volumen que se editará con materiales reciclados y cuyos beneficios irán destinados íntegramente a Aldeas Infantiles SOS.
Y los niños de Riello ganaron el concurso nacional de cuentos
ResponderEliminarPor ileon.com | 10/04/2012
El relato 'El barco de Luna', del CRA de Riello, se lleva el premio: editarán un libro con el cuento, realizarán un corto y viajarán tres días a una granja escuela.
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El Colegio Rural Agrupado de Riello ha ganado el concurso nacional de cuentos 'Los profes cuentan, los niños dibujan' con el relato 'Barco de Luna'.
El título del había sido seleccionado en marzo con otros nueve entre los finalistas del certamen y era el único centro leonés que llegaba a la final.
El premio para los autores consistirá en la participación en el diseño de un cortometraje sobre este cuento, además de la edición en libro, y un viaje de tres días a una granja escuela de la comunidad.
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Miércoles, 11 de abril de 2012
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RIELLO / Educación
El CRA de la localidad gana un concurso de cuentos a nivel nacional
La obra premiada se titula ‘El barco de la Luna’ y será grabada en un corto
Alumnos y profesores estrenaron cole a principios de año. ESTEFANÍA NIÑO
L. Villa / Villablino
El cuento ‘El barco de la Luna’, escrito por la profesora Leticia Rodríguez Gancedo e ilustrado por sus alumnos del Colegio Rural Agrupado, CRA, de Riello, ha ganado el concurso de cuentos a nivel nacional ‘ Los profes cuentan, los niños dibujan’, organizad por Ecoembes.
El cuento premiado, junto con otros nueve trabajos, formará parte de ‘El libro más bueno de todos los tiempos ’. Los beneficios de la venta del libro serán donados íntegramente a Aldeas Infantiles SOS. Y como ganadores del certamen, los alumnos del CRA disfrutarán de un viaje a una granja escuela y su cuento se producirá en formato audiovisual como un corto de animación.
Gracias a todos por vuestros comentarios y por vuestro apoyo incondicional, ya que entre todos hemos conseguido que la hormiguita venciese al grandote y se hizo realidad algo que parecía una utopía, la verdad que me encantó la noticia, ojalá recibieramos alegrías así más amenudo.
ResponderEliminarEl CRA de Riello me debe unas birras, que consteeeee, besines utópicos para todos y gracias de nuevo.
Irma.-
Hoy he leído la noticia en el diario. Llego tarde pero más vale tarde que nunca. Amo especialmente la escuela rural. Gracias Irma por compartir el cuento y felicidades a los autores. Abracines.
ResponderEliminarNoticias como estas son las que nos hacen sentir bien y además "algunos" deberían recapacitar que nunca se puede recortar en educación, pero desde este colegio han demostrado que sin apenas medios se pueden mover incluso montañas.
EliminarBesines utópicos, Irma.-
¡Qué buena noticia! Me alegro por ellos y una gran enhorabuena.
ResponderEliminarGracias "socio" fue un subidón creo que para todos y más para el cole de Riello.
EliminarUn abrazote grande y utópico, para que luego digan que no se pueden hacer realidad las pequeñas utopías, besines Irma.-
De vuelta al cole...¡sí es verdad! lo logramos. Estamos que casi no nos lo creemos. Los chic@s, las profes y las familias muy emocinad@s. Esto nos hace creer aún más en la energía de las personas, sin todos aquellos y aquellas que nos habéis ayudado, éste no hubiera sido posible. Nosotros pusimos empeño, ilusión y mucho cariño, y gracias a nuestras hadas y hados madrin@s, como Irma (gracias Irma), hemos conseguido el premio. El jueves nos vamos a Madrid y lo que allí nos espera, es muy emocionante. Os mantendremos informad@s.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y todo nuestro cariño.
Leti y sus chic@s!!
Gracias a vosotros, disfrutar un montón de vuestro gran día y la verdad el día que me enviasteis el email para contármelo os juro que me sentí superfeliz de ver como entre todos si aportamos nuestro granín podemos cambiar muchas cosas, no digo que todo pero... "casi".
EliminarUn abrazote utópico, Irma.-