Caldas de San Adrián
San Adrián se sitúan en la carretera de La Devesa y Veneros, colindante con la comarca de Las Arrimadas. En la actualidad pertenece al Ayuntamiento de Vegaquemada, fueron en el pasado San Adrián y La Losilla, como dos barrios de un mismo pueblo, desde la construcción del monasterio de San Adrián y las Caldas, que surgieron para aprovechar su fuente de aguas termales, junto a un riachuelo que vierte sus aguas al Porma está el balneario de Caldas de San Adrián. En la Edad Media son constantes las referencias a estas caldas, bien ubicándolas al monasterio, bien aludiendo a las propias aguas. Los recuerdos y la tradición oral que hablan de privilegios en pergamino y viejas concesiones, se refieren sin duda al ofrecimiento que doña Urraca, hija de Fernando I, hizo el año 1099 al monasterio de Eslonza del monasterio de San Adriano y sus cálidas aguas.
Con el paso del tiempo y ya despoblado de monjes paso a otros dueños y otras manos. A mediados del siglo XIX compró la finca con las aguas el vecino de León Santiago López, quien construyó "cuartos con bañeras de mármol, una hospedería con habitaciones amuebladas y provee a los bañistas de todo lo necesario para su alimentación". Con su iniciativa promocionó el establecimiento y sus prestaciones.A su muerte, la dirección del balneario pasó por muchas manos incluso en la década de los cuarenta del siglo XX se construyó una nueva parte que era balneario y hotel obteniendo un desarrollo constante y próspera rentabilidad.
La falta de una dirección clara y la dispersión de herederos dificultó su marcha, agravándose la situación por la propia crisis del termalismo. Se decidió su cierre.
Historia de los Balnearios de la provincia de León:
Doña Urraca estaba en el concejo de Aller así que conocería muy bien esas aguas, un abrazo
ResponderEliminarBuena recopilación aunque es una lástima en el estado que se encuentran, diria que como todo pero en fin.
ResponderEliminarYa te digo silvo, fijo que como la palma de su mano.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios, un abrazote, Irma.-
Buen trabajo!
ResponderEliminarYo de niño llegué a estar en ese hotel de las Caldas con mi abuela, a mediados de los 60. Apenas lo recuerdo, me parecía un sitio muy rural y delicioso.Hec dos años pasé con mi coche y todo parecía muerto y misterioso. Creo que no ví a un a sola persona.
ResponderEliminarÁngel
Gracias Adrián, me alegro os haya gustado.
ResponderEliminarEs una lástima Ángel y lo peor de todo es que están condenados a desaparecer como tantas otras cosas.
A mí personalmente me da mucha pena, aunque no lo conociese en funcionamiento.
Un abrazo utópico, Irma.-